Elaboración:

Para empezar, lavamos bien las berenjenas y las cortamos en finas lonchas sin quitarles la piel. Les echamos un poquito de sal y las vamos friendo en una sartén con aceite de oliva hasta que se doren ligeramente. No hace falta hacerlas mucho y tampoco hay que pasarlas por harina, ni huevo. Las vamos a hacer a pelo.

Como las berenjenas absorben más aceite que un culturista, conviene dejarlas escurrir en papel absorbente según vayan saliendo de la sartén.
Una vez las tengamos todas, las ponemos en una fuente y con una cuchara, vamos salseándolas con la MERMELADA DE TOMATE LA TEJEA, sin pasarnos mucho para que se equilibre el contraste dulce/salado.
Rallamos un poco de parmesano en virutas y se lo echamos por encima junto a unos cristales de sal Maldon. Y se acabó.
La receta está lista y se puede comer fría, caliente o templada, como más os guste. No es lo común, pero este plato está tan rico que lo de la temperatura es totalmente intrascendente, cosa que solo tiene parangón con la tortilla de patata.

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